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miércoles, 20 de febrero de 2013


MOGUER EN AMERICA

A los que nos gusta investigar sobre la historia de nuestro entorno, no cabe duda que Moguer es una población muy unida al Descubrimiento. Por eso ahora que estoy leyendo de nuevo el libro del conocido historiador Diego Ropero-Regidor, “Moguer y América”, yo que procedo de Moguer por línea materna, me entusiasmo con la profusión de datos que expone el autor en la obra.
En el capitulo “Cristóbal Colón en Moguer”, nos informa que durante las tres estancias que hizo el Almirante en La Rábida, que dista pocos kilómetros de Moguer, Colón hizo frecuentes desplazamientos para los preparativos del viaje, tanto para pertrechar los barcos como para contratar tripulación.
Por eso no es extraño que veamos en muchos de estos nombres, cuando tocamos libros antiguos en alguna línea de investigación, la frase “natural y vecino de Moguer”
Cuando Colón necesitaba el apoyo de la población y de las personas de prestigio en la comarca, para llevar a buen fin un viaje que nunca antes nadie se había atrevido hacer, por inseguro y arriesgado, hubo una mayoría, muy incrédula, que no le hacia ninguna concesión.
Menos mal que, los hermanos Niño, además de algún que otro hacendado importante, como Juan Rodríguez Cabezudo, la abadesa del convento de Santa Clara, Inés Enríquez, pariente del rey Fernando y Martín Sánchez, el clérigo de la única parroquia existente en Moguer, fueron favorables a la idea y ofrecieron su apoyo, dentro de las posibilidades de cada cual, a Colón.
Entre Cristóbal Colón y Juan Rodríguez Cabezudo, se fraguó una gran amistad y prueba de ello es que el Almirante le confiara a él y al clérigo Martín Sánchez, la custodia de su hijo Diego, quienes días después de la partida lo llevaron a Córdoba, donde se encontraba su hermano pequeño Hernando, fruto de los amores que el Almirante había tenido con Beatriz Enríquez de Arana.
Colón supo compensar a Rodríguez Cabezudo e influyó para que los familiares interesados fueran al Nuevo Mundo, y hubo un homónimo del anterior, Juan Rodríguez Cabezudo, natural de Moguer e hijo de Antonia Hernández y Pedro Rodríguez Cabezudo, que se estableció en Nueva España, concretamente en Guajocingo, donde tuvo negocios y quedó a vivir allí.
                               Ángel Custodio Rebollo

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