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viernes, 8 de febrero de 2013


LOS INTÉRPRETES

Cuando  Cristóbal Colon estaba organizando la primera expedición, estudió la necesidad de contratar alguna persona que hiciera las funciones de intérprete, ya que consideraba que en la ruta asiática que quería descubrir, era casi seguro que encontrasen alguien que utilizara algún dialecto árabe o hebreo.
Entre los habitantes de la zona encontró a varios que conocían algo de árabe, pues eran frecuentes las incursiones de palermos y moguereños en la zona norte del Magreb y viceversa, o sea que también los marroquíes hacían frecuentes correrías por nuestras costas.
Encontró a un hombre que reunía las cualidades que buscaba, se llamaba Luis de Torres, aunque antes se había llamado, “Yosef Ben Ha Levy Haivri” ( José el hijo de Levy el hebreo), que vivía en Moguer, de padre judío y que se había convertido al cristianismo.
José o Luís, hablaba hebreo, árabe y el castellano latinizado de entonces, por lo que Colon lo eligió como el idóneo para que le acompañara como interprete.
Efectivamente esta prevención le dio muy buen resultado, ya que con los conocimientos del moguereño consiguió que se hicieran entender por los nativos.
Este episodio confirma el criterio que mantienen  historiadores, como Luisa Isabel Álvarez de Toledo, la Duquesa de Medina Sidonia, que mantiene, en varios de sus libros, su firme opinión que antes que Colón, hubo árabes que desde el norte de África navegaron hasta las costas americanas y allí se quedaron conviviendo con los indígenas.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca, en su libro “Náufragos”,  describe su odisea cuando se adentraron en la zona que hoy ocupa el sur de la Estados Unidos de América, la labor que desarrolló el negro Estevanico, el esclavo musulmán que llevaba Andrés Dorantes, de Gibraleón y que, gracias a la facilidad con la que se entendía con los nativos, especialmente con sus palabras árabes, lograron sobrevivir y regresar vivos a lo que hoy es México.
Repito pues aquello de que, Cristóbal Colón no fue el primer occidental que llegó por allí, el Almirante tuvo el honor de ser el primero que oficialmente reconoció que había llegado y que tomaba posesión de aquellas tierras en nombre de los Reyes Católicos, aunque después supo que adonde había llegado no era Asia, como él creía, sino un nuevo continente.
                             Ángel Custodio Rebollo,

Publicado en Odiel Información, Huelva, el 10 de octubre de 2011

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