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lunes, 25 de agosto de 2014

¿Quiénes eran los bakries?

» La familia de los Bakries, cuyo 'Wali' o señor de Huelva, era Abd al-Aziz al Bakri, fijó su residencia en la isla de Saltés, donde durante unos cuarenta años vivió en paz y tranquilidad, cultivando las tierras y obteniendo buena pesca.
25 agosto 2014
La isla de Bacuta desde Punta Umbría.
La isla Saltés desde Punta Umbría.
Ángel Custodio.  Si a usted le dicen que puede descender de los bakries, piense que puede ser verdad, porque ellos vivieron muchos años entre Huelva, la isla de Saltés y Punta Umbría, cuando nuestra tierra estaba dominada por los árabes.
Al-Andalus fruto de las luchas fratricidas comenzó a desmembrase en unos pequeños reinos, llamados ‘Reinos de Taifas’, que sin duda alguna fueron el origen de la debilitación de su poder, desde el año 1031, ya que los territorios divididos no tenían ni la fuerza ni la entidad correspondiente para enfrentarse a una tropa formada con soldados bien organizados.
En la zona de Huelva se estableció la familia de los Bakries, cuyo ‘Wali’ o señor de Huelva era Abd al-Aziz al Bakri, que fijó su residencia en la isla de Saltés, donde durante unos cuarenta años se vivió en paz y tranquilidad, cultivando las tierras y obteniendo buena pesca por la proximidad al océano Atlántico.
Hemos de tener en cuenta que los límites de este reino eran por una parte el reino de Niebla, por otra el Algarve con los reinos de Silves y Faro y por el norte, la serranía onubense.
Los Bakries era una familia con muy amplia cultura y entre otros, se encontraba Ibn al-Bakri, el más importante geógrafo de la Andalucía musulmana, que nació en Saltes en el 1014.
Hasta que Al-Mutamid, señor de Sevilla, comenzó a acercarse a Huelva con sus conquistas, momento en el que al-Bakri decidió pactar con él para evitar el derramamiento de sangre y con lo que Huelva vivió un buen número de años más, junto con su pacífica gente.

domingo, 24 de agosto de 2014

Una rebelión fallida en el marco de la historia colombina

» En este episodio protagonizado por Hernán Cortés participaron onubenses como el moguereño Gonzalo de Umbría, Alfonso Peñate y sus hermanos, que eran de Gibraleón, y el piloto de Palos de la Frontera Diego Cermeño.
18 agosto 2014
Hernán Cortés.
Hernán Cortés.
Ángel Custodio.Sabido es que en la conquista de lo que luego se llamó Nueva España, la tropa de Hernán Cortés estaba muy cansada de luchar sin perspectivas de ver un posible final, y todos deseaban regresar a Cuba donde tenían familiares o donde se vivía con una mayor tranquilidad, sin tener que dormir con un ojo abierto, para evitar que te cortasen el cuello con un afilado cuchillo mexicano.
Se formó un pequeño grupo que contando con  la peculiar enemistad que existía entre Hernán Cortés y el gobernador de Cuba.  Diego Velásquez, pensaban que al llegar a la isla serian muy bien acogidos. Tramaron la estrategia de detener e Cortés y encerrarlo en un calabozo, (lo que hicieron Escudero y Cermeño) y después, robar un bergantín y aprovechando la noche emprender la huida con destino a la isla.
En este grupo estaban, entre otros,  fray Juan Díaz; Diego de Ordás, el alguacil de Baracoa Juan Escudero, el moguereño Gonzalo de Umbría, Alfonso Peñate y sus hermanos, que eran de Gibraleón y el piloto de Palos de la Frontera, Diego Cermeño.
Tambien formaba parte del grupo, Bernardino de Soria, que fue quien los delató cuando se arrepintió de emprender  la huida.
Cuando Hernán Cortes fue liberado, arremetió contra los que se habían rebelado, y al suceder todo tan rápidamente, no les había dado tiempo a ponerse a buen recaudo,  y les impuso unos fuertes castigos ejemplares.
Se formó un Consejo de Guerra, al parecer presidido por Hernán Cortés y a Escudero y Cermeño, le condenaron a la horca, a Gonzalo de Umbria, le cortaron parte de un pie, a los hermanos Peñate, le atizaron cien latigazos a cada uno y a los que quedaron, (que estarían temblando), los mantuvieron vigilados.
A Fray Juan Diaz le salvó su condición de clérigo, pues si hubiera sido un soldado, hubiese corrido la misma suerte que Escudero y  Cermeño.