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viernes, 22 de febrero de 2013


BARTOLOME GARCIA JIMENEZ

Casualmente y leyendo el informe del Párroco de Zalamea la Real, José Felipe Serrano, de 21 de diciembre de 1785, en el libro “Los pueblos de Huelva en el siglo XVIII”, de Juan F. Ruiz González, me encuentro con un personaje que llamó mi atención. Se trata del que fue Obispo de Canarias desde 1665 hasta 1690, Bartolomé García Jiménez, que era natural de la citada población onubense.
Cuando visité hace unos meses Tenerife, como es lógico me acerqué para ver la Basílica de la Patrona del Archipiélago, la Virgen de la Candelaria, que según conocía fue inaugurado en 1959 y encontré un edificio de dimensiones considerables, con dos torres en su fachada y una lateral un poco mas pequeña y con ocho huecos en su campanario.
Una de sus fachadas da a una gran plaza, que se encuentra rodeada por estatuas de gran tamaño, que corresponden a los legendarios menceyes guanches, entre los que se encuentran “Bencomo” que fue el mas poderoso y valiente; “Behenaro”, conocido por el rey loco y “Tinerfe”, que fue el que dio nombre a la Isla.
En mi búsqueda para conocer la historia de la Basílica, me entero que esta no fue la primera que se construyó, ya que la primitiva se inició en 1668, siendo su impulsor el Obispo Bartolomé García Jiménez. Ese santuario que se finalizó en 1672, era un edificio amplio de tres naves y lamentablemente desapareció el 15 de febrero de 1789, como consecuencia de un incendio.
La Orden de Predicadores, que se hizo cargo de la nueva construcción del templo en 1803, tuvo en 1819  que paralizar los trabajos por dificultades económicas y después de muchas vicisitudes, les obligaron a abandonar la Candelaria en 1836 y no pudieron retornar hasta el 9 de julio de 1922, reanudando las obras, que se vieron de nuevo interrumpidas por la Guerra Civil española.
En 1949 el entonces obispo de la diócesis, Domingo Pérez Cáceres, fue quien logró retomar la obra, con un proyecto del arquitecto canario Marrero Regalado.
Y por fin, el 1 de febrero de 1959, el Nuncio de Su Santidad, Monseñor Ildebrando Antoniuti, consagró el nuevo santuario
El Obispo Bartolomé García Jiménez, murió en Tenerife el 14 de mayo de 1690.
                                    Ángel Custodio  Rebollo

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