VINCOMALOS
Al
visitar la sala de arqueología del Museo de Huelva, casi al final de la visita
encontramos una lápida con la siguiente inscripción: “VINCOMALOS EP S CHR
SERV-US VIXIT ANNOS LXXXV EX QVI-S B IN SACERDOTIO VIXIT AN XLIII RECESSIT IN
PACE D HI NONAS FEBRVARIAS ERA DXLVII”,
esto traducido al castellano actual dice “Vincomalos, obispo, siervo de Cristo,
vivió 85 años, en el sacerdocio vivió 43. Descanso en paz el día 4 de las nonas
de febrero del año 547 de la era” (El año 547 de la era, corresponde al año 509
de la era cristiana)
Despertó
mi curiosidad ampliar mis conocimientos sobre quien fue ese buen señor y
gracias a un articulo del profesor Carrasco Terriza, he conseguido mi
propósito.
Vincomalos
que quiere decir “venzo-a-los-malos” fue un obispo que murió a los 85 años de
edad y que había recibido la orden sacerdotal cuando tenía 42 años. Dado que la
lapida y el enterramiento fue descubierto en Bonares, por su proximidad con la
vieja Ilipla, se deduce que Vincomalos era Obispo de Niebla.
Continua el Prof.
Carrasco diciendo que hasta el
descubrimiento de esta lápida, solo se conocían los nombres de los obispos
iliplenses por las firmas de los Concilios, de Toledo y Sevilla y de ellos el
primer obispo del que sabíamos su nombre era Basilio que firmó en el III
Concilio de Toledo, pero ahora con el descubrimiento de la lápida en Bonares y
que conserva el Museo de Huelva, encontramos al que pudo ser el primer obispo
de Niebla, porque por lo menos es el mas antiguo conocido.
En
un estudio del Prof. Julián González sobre este hallazgo, dice: “En resumen, la
presencia de un obispo en Ilipla en la segunda mitad del siglo V testifica,
como se revela en las actas del Concilio de Elvira, la existencia de una
organización urbana y episcopal muy arraigada en el sur peninsular, a pesar de
la intensa crisis política y social en que se desarrollaba la vida de las
provincias hispanas en general...”
La
inscripción de esta lapida tiene una expresión que llama la atención de los estudiosos
y ella es “Christi Servus”, siervo de Cristo, que hasta esa fecha no se había
reseñado en los documentos hispanos.
Ángel Custodio Rebollo
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