BARBEROS EN LA
EDAD MEDIA
Nació esta profesión con el nombre de
barberos, porque su labor principal era rasurar a los clientes, además de
cortar el pelo, pero con la evolución que estos profesionales han tenido, ahora
se han convertido en peluqueros, porque
son los que cortan y manipulan el cabello, habiéndose casi perdido la labor de
afeitar y arreglar la barba.
Pero en la Edad Media , los barberos,
además de afeitar y cortar el pelo, no se limitaban a esta labor, llegaban a
desempeñar funciones mas propias de los médicos, algo que produjo
enfrentamientos y disputas profesionales, ya que los barberos ejercían como dentistas, eran
los que hacían las pequeñas curas de heridas e infecciones, sajaban los
diviesos y realizaban las sangrías, algo muy normal en aquella época.
Cuando llegaba la primavera en la
Edad Media , era normal que los campesinos
fuesen desde las aldeas a las ciudades, no solo para cortarse el pelo, también
iban para una renovación de la sangre, ya que tenían la creencia que renovando
la sangre, especialmente en la estación primaveral, se alejaban las
enfermedades. Para ello, los barberos sumergían el brazo del paciente en agua
caliente y se lo presionaban con un torniquete. Entonces, buscaban las venas
que estaban hinchadas y, a la que creían más conveniente le extraían la sangre mediante una incisión.
Los barberos en aquella época eran
considerados como cirujanos de bajo nivel, ya que para ejercer la profesión no
era necesario efectuar exámenes, como lo hacían los cirujanos de carrera.
Los cirujanos de academia o de carrera, en
Europa, habían pasado por una Universidad y en nuestro País, se efectuaban los
estudios en el Real Colegio
Eran curiosas las prerrogativas de cada
uno, porque a los cirujanos de carrera
se les permitía utilizar caballerías, pero
los barberos tenían que hacer sus rondas a pié, porque no les permitían
su uso
Después del Descubrimiento de América, las
autoridades vieron la necesidad del envío
de barberos-cirujanos para la atención de nuestra tropa y la de los colonizadores
que fueron poblando las diferentes zonas y se ofrecieron muy buenas condiciones
económicas para los que quisiesen emigrar desde España, por lo que fueron
familias completas acogidas a estos beneficios.
Entre los antecedentes que he podido
consultar sobre los barberos que emigraron de nuestra provincia de Huelva, he
encontrado tres y cuyos datos son como sigue:
Francisco Canciano, natural de Gibraleón,
que embarco para México el 1 de abril de 1538. El apellido Canciano no me
parece sea de esta zona, pero hemos de tener en cuenta que en Gibraleón había
un gran numero de funcionarios, al frente de los negocios del Duque de Béjar,
Señor de la Villa ,
y es posible que este perteneciese a alguna familia foránea.
También tenemos a Francisco Hernández,
natural y vecino de Ayamonte. Hijo de Antonio de Vega y de Águeda Fernández,
que acompañado de su mujer, Maria González y su hijo Cristóbal, embarcaron para
Yucatán el 22 de febrero de 1571
Además fue el natural y vecino de Santa
Olalla, Francisco Sánchez, hijo de Ana Lope y de Francisco Sánchez. Este iba
acompañado de su mujer, Juana Pérez, también natural de Santa Olalla que
marcharon con destino a Nueva España el 4 de junio de 1572.
Entre los datos que poseo, no he encontrado
más paisanos, pero no dudo que irían más barberos entre los emigrantes de
nuestra tierra.
Y esta es la pequeña historia de los
barberos-cirujanos, profesión que ha ido disolviéndose con el transcurso del
tiempo, hasta convertirse en lo que decíamos al principio, peluqueros.
Ángel Custodio Rebollo Barroso
No hay comentarios:
Publicar un comentario