BARTOLOME RUIZ
Una referencia obligatoria cuando se habla
del Descubrimiento de América es mencionar a Moguer y cuando es sobre la Conquista de Perú, hay
que mencionar el protagonismo de Bartolomé Ruiz.
Bartolomé Ruiz de Estrada, para algunos
historiadores, y “de Andrade” para
otros, nació en Moguer hacia 1483, y participó activamente en unión de
Francisco Pizarro en la conquista peruana, por lo que reúne los dos requisitos
a que nos referimos. Su hijo Martín Yañez de Estrada y su hermano Bartolomé
Díaz, acompañaron al piloto moguereño desde 1523, cuando Bartolomé Ruiz se
asoció con Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el clérigo Hernando de Luque,
para efectuar una primera exploración en el sur de Panamá, expedición que fue
un fracaso.
Reunieron dinero y fuerza suficiente para
construir dos nuevos barcos que fueron terminados en 1525 y Francisco Pizarro,
con el piloto Hernán Peñate, emprendieron el camino, quedando en Panamá Almagro
y Ruiz, que posteriormente le salieron al encuentro, lo que sucedió después de
muchas vicisitudes, ya que Pizarro había encontrado a unos indios flecheros y
les atacaban constantemente, por lo que se veían obligados a desviarse de la
ruta prevista
Pizarro estaba enfrentado a los otros
capitanes y cuando discutía en la
Isla del Gallo,, trazó una línea en la playa con su espada y
dijo que quien quisiera seguirle que cruzase la raya, lo que hicieron solo
trece, entre ellos Bartolomé Ruiz de Estrada.
Cuando por fin, en 1527, Pizarro y Ruiz,
llegaron al golfo de Guayaquil, y sabiendo la riqueza que contenían aquellas
tierras, el conquistador decidió volver a Panamá y después a Castilla, donde
firmó en 1529 unas capitulaciones con Carlos V en las que destacaba la ayuda
del piloto de Moguer, nombrándole Hidalgo y Caballero de la Espuela Dorada
Cuando supo que el Inca Atahualpa había
sido apresado en Cajamarca, arribó al puerto con tres navíos, pero
repentinamente se sintió enfermo y con fiebre, y murió a los 50 años de edad el
que estaba considerado el mayor conocedor de la navegación por aquellos mares.
Ángel Custodio Rebollo
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