FRAY JUAN CERRADO
Cuando llegaron los españoles a la zona que
llamaron de Nueva Galicia, actualmente pertenece a México, se enfrentaron a
muchos conflictos, ya que los indios no respondían a la buena voluntad de los
frailes que trataban de ayudarles y al mismo tiempo enseñarles la doctrina
cristiana.
El obispo de Nueva Galicia, Fray Pedro de
Ayala, autorizó a los franciscanos para la fundación de un monasterio en la
villa de San Miguel de Culiacán siendo nombrado guardián de dicho monasterio,
Fray Gaspar Rodríguez, quien con dieciséis sacerdotes emprendió la difícil
labor que se le había encomendado.
Entre esos dieciséis religiosos, estaba
Fray Juan Cerrado, natural de Palos de la Frontera , hijo de Luís García y de Marina de
Triana. Este fraile había marchado como lego y fue en el Convento de San
Francisco de México, donde profesó y
llegó a ser Guardián de la Casa Principal.
La esperanza del obispo se vio cumplida, ya
que la labor de esos religiosos empezó a dar frutos muy pronto, aún cuando la
hostilidad de los nativos, seguía en el ambiente.
Pero muere el obispo Pedro de Ayala y los
asuntos del obispado regresaron a manos del Cabildo Eclesiástico, que estaba
dominado por los seculares, que decidieron nombrar un vicario para San Miguel,
destinando para ello, al bachiller Juan Pérez.
Tan pronto llegó Juan Pérez a San Miguel de
Culiacán, se enfrentó a los religiosos y forzó, tanto a los españoles como a
los indígenas, para que no asistieran a los oficios que ofrecieran los
franciscanos, alegando que “no tenían autoridad para impartir los sacramentos”,
Excomulgó a unos españoles y después les
cobró dinero por levantarles el pecado espiritual. Incluso mandó azotar a una
pareja de indios, Antonio y Maria, porque habían solicitado directamente a Fray
Gaspar, que los uniera en matrimonio.
La tensión llegó a un extremo, que Fray
Gaspar Rodríguez y sus compañeros Juan Cerrado y Juan Luque, se enfrentaron al
Vicario verbalmente e incluso, se dice, llegaron a las manos.
El Cabildo envió a un investigador y el
bachiller Juan Pérez fue retirado de la villa y los tres religiosos continuaron
su labor doctrinal, con mucho éxito.
Fray Juan Cerrado murió a los 28 años, por
heridas de flecha en un ataque de los
indios
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