La Batalla de la Isla de
Saltés
» El 17 de julio zarparon de Lisboa
rumbo al Cabo San Vicente 21 galeras, 1 galeota y 4 naos al mando de almirante
Joâo Alfonso Telo, con la orden de aniquilar a la flota castellana que había en
Andalucía, pues tenían noticias que no había muchos barcos y presentían una
rápida victoria.
12 enero 2015
Imagen
de la Isla Saltés. / Foto: imagina65.blogspot.com
Ángel Custodio Rebollo. Eran
los primeros días de julio de 1381 y el puerto de Lisboa presentaba un
especial movimiento, hombres que iban cargados de objetos pesados que
depositaban en las embarcaciones y un griterío de órdenes y mensajes que movían
a la gente en todos los sentidos. La flota portuguesa estaba preparando sus
barcos para cubrir un enfrentamiento con la flota castellana, ya
que desde 1.369 los dos países estaban enfrentados en las que se
llamaron “las guerras fernandinas”.
El 17 de julio zarparon de Lisboa rumbo
al Cabo San Vicente 21 galeras, 1 galeota y 4 naos al mando de
almirante Joâo Alfonso Telo, con la orden de aniquilar a la flota
castellana que había en Andalucía, pues tenían noticias que no había muchos
barcos y presentían una rápida victoria. Al mismo tiempo el rey portugués
ordenó que tiraran al mar a los marineros castellanos y destruyeran todos los
barcos que encontraran en su ruta.
La travesía tuvo muchos percances ya que
el estado del Atlántico era tormentoso y de los que los marineros llaman de
“mala mar”, por lo que la flota se dispersó, llegando las primeras 12
galeras a la costa algarvía.
Cuando los castellanos que los esperaban
con 17 galeras en la costa onubense, al mando del almirante Sánchez de
Tovar, éste percibió lo precario del estado en que venían los
barcos portugueses, ordenó a sus capitanes virar y poner rumbo a Huelva y adentrarse
en su ría frente a la isla de Saltés, que era donde los marineros palermos le
habían señalado como lugar más seguro para enfrentarse al enemigo.
La primera oleada de barcos portugueses
siguió a los castellanos hacia la ría de Huelva creyendo que los tenían
acorralados y allí fue donde los hombres de Sánchez de Tovar los cercaron y
apresaron a los barcos lusos, no sin antes vengar a los pescadores
onubenses cuyos barcos habían hundido y a ellos arrojados al mar para que se
ahogaran, para lo cual le aplicaron lo que se llamaba “moja de pies”,
que consistía en tirar a los prisioneros al agua con los pies atados.
La segunda oleada de galeras portuguesas
sufrió la misma suerte y la última decidió virar en redondo y volver a
Lisboa para informar de lo ocurrido.
El Almirante Sánchez de Tovar
puso rumbo a Sevilla con las galeras apresadas arrastrando los pendones por el
agua.
Al final de noviembre del mismo año,
Sánchez de Tovar bloqueó Lisboa durante un mes, lo que obligó a los barcos
portugueses a refugiarse en Sacavem.
Publicado en Huelva Buenas Noticias el 12 de enero de
2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario