DESLINDES ENTRE SEVILLA Y NIEBLA
Ya sabemos lo difícil que es llegar a un
acuerdo en la cuestión de los linderos, pero, lamentablemente, eso no es una
cuestión actual, porque antes también ha ocurrido. Si esto pasa actualmente,
cuando hay medios tecnológicos, cada vez mas avanzados para efectuar estos
menesteres, que no sería en otras épocas, en las que hemos leído que para medir
la distancia entre Gibraleón y Ayamonte, tardaron varios meses, ya que los
hacían con grandes cuerdas.
Por eso al ver un relato de cómo se hizo el
deslinde entre Sevilla y Niebla, no me ha causado sorpresa lo que se hizo para
efectuar esa tarea.
El 25 de febrero del año 1400, se reunieron
en Santa Maria de las Rocinas, los representantes de ambas partes y antes de
iniciar las mediciones, se acusaron unos a otros de haber corrido los mojones ,
aunque como es lógico, los acusados lo
negaban.
Cuando se serenaron un poco los ánimos,
emprendieron un recorrido para iniciar la señalización de los linderos, pero
fue entonces, cuando a Diego Sánchez, alcalde de Almonte, le dijeron de todo
menos bonito, porque le atribuían de haber movido los mojones de La Cañada.
Como perdieron mucho tiempo en discutir y
en acusarse mutuamente, hubo que continuar los trabajos al día siguiente, encargándose
de ellos Joan Martínez Monreal, por parte de Sevilla y Lope Suares, que era el
partidor correspondiente a Niebla.
Aún existían dudas, por lo que fueron
necesarios varios testigos, que fueron aportando sus manifestaciones, como
Alfonso Pérez de Escacena, que dijo que hacía 50 años vino al lugar con un
caballero de Sevilla, cuyo nombre no recordaba.
Por fin, el 27 de febrero llegaron a la Torre de Doña Mayor, en
Villalba, donde hicieron el correspondiente documento de deslinde, en
presencia, entre otros de Don Juan, el Conde de Niebla.
Ángel Custodio
Rebollo
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